Científicos alemanes han desarrollado una técnica consistente en la plantación de la «Jatropha curcas» a gran escala, en zonas áridas y secas para capturar CO2 .
Árboles en el desierto para mitigar los efectos del cambio climático
j. g. STEGMANN. / madrid
Día 01/08/2013 - 16.29h
Mientras el planeta empieza a sentir los efectos del aumento del dióxido
de carbono en la atmósfera y el consecuente aumento global de la temperatura,
los investigadores están buscando un «plan b» para mitigar los efectos del
cambio climático.
Un grupo de científicos alemanes han desarrollado un método para que la
captura de dióxido de carbono, se haga de forma natural, es decir, a través de
los árboles. La técnica, «Carbon farming», consiste en plantar árboles en
regiones áridas a gran escala para capturar CO2. El estudio se ha publicado
en Earth System Dynamics,
de la Unión Europea de
Geociencias (EGU).
«"Carbon farming" actúa sobre el origen del problema: la
emisión de dióxido de carbono por la actividad humana», aseguró el autor del
estudio, Klaus Becker de la Universidad de
Hohenheim en Stuttgart. Se puede capturar CO2 de forma sostenible.
«La naturaleza lo hace mejor», afirmó Volker Wulfmeyer, uno de los autores del
estudio.
La planta más idónea:
«Jatropha curcas»
Cuando se trata de capturar dióxido de carbono de la atmósfera, el
equipo de trabajo ha mostrado que la planta «Jatropha curcas», es la más
idónea. Es una planta oleaginosa de cuyas semillas se obtiene aceite a
partir del que puede producirse biódiesel.
Es originaria de México y Centroamérica, pero que crece en la mayoría de los países tropicales. Se la cultiva en América Central, Sudamérica, Asia, India y África.
Es originaria de México y Centroamérica, pero que crece en la mayoría de los países tropicales. Se la cultiva en América Central, Sudamérica, Asia, India y África.
Es muy resistente a la aridez por lo que puede ser plantada en zonas
calurosas y secas, en tierras que no son apropiadas para obtener alimentos.
Esta planta, lógicamente también necesita agua, por lo que las áreas costeras
donde se puede desalinizar el agua de mar es ideal para esta plantación.
«Esta es la primera vez que expertos en irrigación, desalinización,
captura de carbono, y en ciencias económicas y atmosféricas, se ponen de
acuerdo para analizar la viabilidad de la plantación a gran escala para
capturar dióxido de carbono. Hemos utilizado información de plantaciones de Jatropha
curcas en Egipto, India y Madagascar», comentó Wulfmeyer.
Técnica limpia y económica
El estudio muestra que una hectárea de Jatropha puede capturar hasta
25 toneladas de dióxido de carbono atmosférico por año, durante un periodo
de 20 años. Una plantación que ocupara el 3% del del desierto árabe, podría,
por ejemplo, absorber en un par de décadas todo el CO2 producido por los
vehículos en Alemania durante el mismo periodo de tiempo.
Con mil millones de hectáreas cultivadas, se podría absorber una porción significativa del CO2 que está en la atmósfera desde la revolución industrial.
Con mil millones de hectáreas cultivadas, se podría absorber una porción significativa del CO2 que está en la atmósfera desde la revolución industrial.
Pero hay más ventajas: el precio de esta técnica va de los 42 a los
63 euros por tonelada de CO2, haciéndola competitiva con otras técnicas de
captura y almacenamiento. Además, después de unos años, las plantas podrían
producir bioenergía que puede servir para «alimentar» los sistemas de
irrigación y desalinización.
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